Las razones que han llevado al programa 31 Minutos a conquistar a los adultos (La Tercera)

Las razones que han llevado al programa 31 Minutos a conquistar a los adultos

Expertos en comunicación señalan que el noticiario de títeres dirigido a niños cautiva a los mayores debido a su humor inteligente y el uso de elementos que recuerdan situaciones alegres de la infancia, entre otros factores.

Sebastián (25 años) todos los sábados programa su video a las 13.30. "Tengo todos los capítulos de 31 Minutos grabados", explica. Como él, son muchas las personas de su edad o mayores que el fin de semana hacen una pausa para sintonizar este noticiario conducido por un títere llamado Tulio Triviño, y que se emite dentro de la franja infantil de Televisión Nacional.

Y aunque el público objetivo son los niños, el programa se ha convertido en un fenómeno que atrae por igual a los que tienen entre 20 y 40 años. Muchos bajan las canciones del programa desde internet, las piden en la radio y comentan las notas que aparecen cada fin de semana en televisión. El éxito del programa radica en que "trata a los niños como personas pensantes y, a la vez, trasciende a los adultos", dice Patricia Politzer, presidenta del Consejo Nacional de Televisión, organismo que financia la temporada de 20 capítulos.

Pedro Peirano, creador de 31 Minutos junto a Alvaro Díaz, dice que "la intención era hacer un programa de niños que vieran los grandes". Expertos en comunicación identifican varios elementos que les permitieron lograrlo.

Programa familiar

"Este es el típico programa que ve toda la familia", explica Carlos Araos, director de la Escuela de Comunicación Multimedial de la Universidad Diego Portales. Según el experto, este programa pertenece a un género que partió con los Muppets y que funciona sobre la base de incongruencias. En este caso, se trata de un noticiario que tiene la estructura y formato de uno real, pero donde el conductor y todos los integrantes son títeres, y esta contradicción causa gracia.

Coincide con él Rayén Condeza, académica del Instituto de Estudios Mediales de la U. Católica, quien además destaca el humor:"En 31 Minutos todo gira en torno a un set de noticias similar al que todos estamos habituados, que debiera ser serio y formal, pero donde ocurren cosas divertidas, inesperadas, a veces caóticas", indica.

Conflictos de adultos

Según Araos, otro elemento atractivo es que la trama presenta una "contradicción armónica", que se expresa en que los monos tienen conflictos de adulto. A esto la docente de la UC agrega que "cada títere tiene una personalidad muy definida, con sus egos, fortalezas y debilidades, lo que los hace muy humanos", cosa que confirma Alvaro Díaz. "Por ejemplo, para enseñar la protección del medioambiente tenemos a un periodista (Juan Carlos Bodoque) que no lo respeta. Es un periodista común y corriente que cae en este trabajo y que comete faltas, no es alguien que pontifique. Tiene afanes mucho más personales, pero termina, quizás por sus propios errores, haciendo la nota verde". El programa usa, además, un elemento que cautiva de manera poderosa: la memorabilia. Según explica Araos, esto es lo que suelen hacer adultos cuando se reúnen y recuerdan trivia o íconos de la cultura popular de su infancia, como las series de televisión. "Recordar ciertos dibujos animados o canciones de una serie no sólo nos lleva a ese programa que nos gustaba, sino que rememora la situación completa, la infancia y el tiempo en que todo era más fácil y feliz", explica. Es lo que ocurre, por ejemplo, al escuchar temas como el del Chavo del Ocho o del Magnetoscopio Musical, que se han usado como cortina al término de 31 Minutos.

Niveles de lectura

Pedro Peirano asegura que ellos no trabajan creando intencionalmente lecturas para niños y adultos. Sin embargo, Carlos Araos explica que sí hay distintas lecturas según quién lo vea, aunque no haya por parte de los creadores una intención explícita de lograr esto. "Esto simplemente sucede cuando estos programas los diseñan adultos".

Para Rayén Condeza, una clave del éxito entre los adultos es que "probablemente a Peirano y Díaz su público los sigue porque representan una mirada liviana, relajada, pero no por ello superficial, de los adultos jóvenes. Y esa mirada es atractiva, necesaria, sobre todo cuando la mayoría de las noticias que vemos por televisión presentan problemas o hechos violentos, donde cuesta encontrar que en el mundo y el país hay personas construyendo un futuro más esperanzador que el que se nos muestra cada noche durante una hora".