Muñecos que bailan sin cesar (www.universia.cl)

31 minutos: muñecos que bailan sin cesar

Pedro Peirano, uno de los creadores de este noticiero infantil -que transmite TVN-, habló con Cooltura y K-rrete sobre el impacto mediático que provoca el programa que captura el interés de grandes y chicos.

En una era televisiva donde abundan los efectos especiales y las grandes producciones, el informativo conducido por el egocéntrico “Tulio Triviño” ha logrado atraer la atención del público gracias a sus originales guiones, sus elaborados títeres y su negativa intrínseca de tratar a los niños como si fueran personas no pensantes.

Periodista de profesión, Peirano nos recibió en su productora de Román Díaz cargando en sus manos el reciente “triunfo” del noticiero: un disco de oro por las ventas del CD del programa, que incluye temas como “Tangananica-Tangananá”; “Señora, devuélvame la pelota" o "Si no, no sé lo que haré” y “Baila sin Cesar”.

Con el rostro lleno de orgullo, Pedro Peirano habló sobre el contenido del programa, sus orígenes y acerca del éxito comercial que se ha desatado con el lanzamiento de la producción discográfica de “31 minutos”, que incluye todos sus éxitos musicales.

¿Cómo se gestó la realización del programa “31 minutos”?

Ganamos un fondo concursable del Consejo Nacional de Televisión para hacer un programa infantil; primero se nos ocurrió hacer un noticiero donde un sapo era el reportero -ahora es un conejo-, y luego inventamos a “Calcetín con Rombos Man”, para tocar el tema de los derechos de los niños.

En una entrevista al diario “La Cuarta”, dijiste que los monos de “31 minutos” son más tiernos y decentes que cualquiera que está en la tele…

Sí. Debe ser porque los conocemos más y sabemos cómo funcionan. Todos los personajes tienen defectos y virtudes, pero todos los defectos que nos muestran son perdonables. Por eso son tan queribles y cercanos.

¿Quién canta y produce las canciones del espacio?

Primero pusimos sobre la mesa temas generales, como por ejemplo, cuando te cortaban mal el pelo cuando chico, entonces Pablo Ilabaca, más conocido como el “Cabezón” de los Chancho en Piedra, trabajó con nosotros en la composición de la música. Entre varios después creábamos la letra de las canciones.

¿Siempre fue la idea del espacio entretener y a la vez educar?

Desde un principio quisimos abordar temas difíciles, como lo puede ser la defensa de los derechos del niño. Son temas que no se pueden evadir. Obviamente tocamos estos tópicos de una manera entretenida y no densa. Tenemos dos temas generales dentro del programa, los que están representados por "Bodoque", el conejo que hace notas ambientales y "Calcetín", quien defiende los derechos del niño. El resto le da consistencia a estos puntos. Pasamos del contenido al absurdo sin ningún problema.

Imagínate que si nosotros tratáramos los derechos de los niños de manera individual, "31 minutos" sería “mamón”. En cambio, si tratamos este tema, mezclándolo con situaciones absurdas que protagonizan los títeres, se complementan a la perfección.

¿Tienes alguna fuente de inspiración para este programa?

Los “Muppets” y “George de la Selva”. Estos dibujos de bajo presupuestos, pero ingeniosos, son una fuente inagotable de material. A nosotros nos encanta el humor burdo y básico.

Mucho se ha criticado a los programas para niños por tratarlos como si no tuvieran neuronas…¿Qué diferencia existe entre "31 minutos" y el resto?

Los niños son personas. Nada más que decir. Si asumes esto, es imposible que te pierdas. Como gente que ha vivido más, tenemos la obligación de mostrarles nuevas visiones sobre el mundo.

Cada cierto tiempo, tú con Álvaro Díaz remecen al medio con sus nuevos programas ¿Puede ser que sus trabajos resalten más porque escapan a la fórmula tradicional de la televisión chilena para captar más ráting?

Puede ser, pero lo principal es que nosotros no pertenecemos a la escuela televisiva. Esta especie de autonomía es lo que nos da un plus, para realizar espacios que salgan de lo cotidiano. De hecho, cuando decidimos formar un equipo de trabajo, lo hacemos eligiendo a personas que no estén “contaminadas” con el mundo de la TV. La gente de este medio está demasiado inserta en él y prefiero trabajar con personas que no tengan fórmulas pre diseñadas para crear nuevos espacios.

“Gato por liebre”, “Plan Z”, “Factor humano” o “31 Minutos”… ¿con qué trabajo te quedas?

Imposible elegir. Es como decirte que un hijo me gusta más que el otro. Ahora me doy cuenta de errores que pude haber cometido anteriormente, como por ejemplo, con “Plan Z”. “31 Minutos” es demasiado joven para dimensionar sus efectos. A mí me gustan todos.