Creadores de 31 Minutos invitados por el Magíster en Dirección y Edición Periodísticas (Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Chile)

Creadores de 31 Minutos invitados por el Magíster en Dirección y Edición Periodísticas

El equipo creador de 31 Minutos, el noticiario de títeres de TVN, participó en una reunión desayuno organizada por el Magíster en Comunicación y Edición Periodística de la Facultad. Pablo Peirano, Álvaro Díaz y Carmen Gloria López conversaron por más de dos horas sobre el programa-para-niños-que-no-ven-sólo-los-niños con los invitados (que ya no eran niños y no todos alumnos del Magíster).

por José Agustín Muñiz Viu

Publicado el 28 de Agosto, 2003

Peirano y Díaz son el cerebro detrás de otros programas televisivos que han dado mucho que hablar, pero que no siempre han producido su equivalente en dinero: Plan Z y Factor Humano. Carmen Gloria López –ex alumna de la Escuela de Periodismo- es la encargada de dar orden a la creatividad dentro de la estructura ejecutiva de un canal grande, que no tolera los números rojos.

¿Qué es 31 Minutos? ¿Cómo se hace? ¿Qué pretende? Preguntas difíciles de responder por su simpleza. Se trata de un programa para niños que cuenta las historias que a sus creadores les hubiese gustado ver cuando chicos, dijo Peirano, cuando vio que las preguntas pretendían sacarles una “ecuación matemática que prediga el éxito televisivo”.

Porque, al final, buscar más explicaciones a la credibilidad informativa de Tulio Triviño -conductor del noticiero- o al éxito de ventas de los Hermanos Guarenes –otros personajes de 31 Minutos- es explicar lo inexplicable. “No nos ponemos a disectar todo lo que hacemos para ver en qué radica el éxito, porque si lo hacemos no va a salir bien; va a ser el ridículo más grande. Nadie se pone a analizar en un espejo cada uno de los movimientos de los pasos de baile”, dijo Díaz. Alguien pidió la palabra y acotó: “Eso es talento”.

Y eso es. Allí se acabaron las preguntas por recetas y fórmulas mágicas.

Carmen Gloria López no trabajó con Peirano y Díaz en sus anteriores producciones, y su método de trabajo es distinto; pero comentó que lo que más le ha llamado la atención es el rigor y el profesionalismo con que ellos enfrentan cada una de las tomas que realizan.

“Nunca he escuchado que digan eso tan chileno, ‘ya, dejémoslo así no más' cuando una toma no sale bien a la primera”. En relación con este profesionalismo, agregó que hoy la creatividad no es el único ingrediente ni el más determinante para tener éxito con un programa; es un porcentaje de un todo que involucra muchísimo trabajo y rigor.

“Los que sí me interesa disectar es que las exigencias técnicas de las ideas que tenemos sean excelentes: si Bodoque se va a caer, tengo que elegir el plano exacto y tiene que salir perfecto”, dijo Díaz, el más locuaz e “informal” de los tres invitados.

Producto exportable

Les preguntaron si es exportable un programa que hace tantos guiños a la televisión chilena, de esa que se hacía en los 80 y que tiene esa auto referencia del mundo periodístico.

Díaz respondió: “31 Minutos es exportable porque hay energías que funcionan igual en todas partes. El programa tiene sus particularidades -mis particularidades- y lo que me molesta es un personaje que no tiene particularidades".

Y grafica con dos ejemplos de personajes que marcan generaciones de países distintos: "El Chavo del 8 es lo más mexicano que hay y a todos les gusta; pero a Condorito lo mataron porque le quitaron esas particularidades chilenas que a todos les gustaban; ahora no pueden dibujar a Condorito con cordilleras porque en otros países no hay cordilleras”.

Detrás de las cámaras

Cuando la prensa parece creer que las noticias de un país se producen detrás de las cámaras de los estudios de televisión, las preguntas por la cadena de producción de 31 Minutos ocuparon largos minutos en que no hubo atisbo de “farándula” ni “voyerismo”.

“Armar este programa es armar equipos”, dijo Díaz. Una característica de la gente que trabaja con ellos es que seleccionan a puros “jóvenes de tele”, es decir, personas que no tuvieran experiencia en hacer televisión, que no “tuviesen las mañas aprendidas”, agregó.

Carmen Gloria López entregó la visión del Canal, quizás menos atractiva, pero corresponde a la visión que a la larga aseguró una segunda temporada para "los monos", como les llaman.

“Se da una tensión rica entre la producción y la parte ejecutiva. Y esa tensión es buena si cada uno le exige al otro: el Canal quiere que cada peso rinda al máximo y la producción quiere que el Canal le dé el máximo de recursos, horas de grabación, edición, libertad, etc.”, dijo.

Otro aspecto es no perder nunca de vista el punto central. “Esto es un programa para niños, y el día que pierda eso ‘de niños', va a perder la gracia. No podemos olvidar que los niños ven televisión para lo mismo que la vemos los adultos: para entretenernos”, dijo López. “Es subir la tele al nivel de los niños; la tele que yo quería ver cuando chico”, agregó Peirano.