31 minutos, el regreso (Qué Pasa)

31 minutos, el regreso

Hay noticias sobre el noticiario de títeres más famoso de la televisión. Nuevos personajes, canciones y escenografía. La segunda temporada está en pleno rodaje y debuta en marzo en TVN. Aquí va un vistazo al corazón del programa y a los refuerzos que trae el nuevo ciclo

Por Ernesto Garratt Viñes

“Dime Luis 31 no más”, dice, en la avenida Perú de Viña del Mar, Luis 31, vendedor ambulante que recibe más felicitaciones que pedidos de compra. Las palmadas en la espalda van por su trabajo: buenas réplicas de los muñecos de 31 minutos, el programa infantil que el 2003 dejó la vara alta para cualquier competencia y causó una revolución con su ranking musical, su disco que vendió más de 110 mil copias y su inagotable merchandising. Y está, además, la anunciada película, la nueva temporada y el nuevo disco. "No te digo mi nombre, pues me puede traer problemas, pero conozco a los socios de 31 minutos. Fui uno de los que ayudó a hacer muñecos en la primera temporada", sigue Luis 31, mientras muestra un títere de Juan Carlos Bodoque, cuya arrolladora personalidad compite con la del muñeco-conductor de este noticiario, Tulio Triviño.

"La nueva temporada está re chistosa", cuenta, como si nada, en Viña del Mar, Luis 31. En Santiago, en tanto, la productora responsable del programa, Aplaplac, se muestra reticente a desclasificar qué trae el esperado segundo ciclo. "No queremos saturar y creemos que estamos a punto de saturar a la genté', dice, a 120 kilómetros de Viña y de Luis 31, Alvaro Díaz, co-creador junto a Pedro Peirano de este fenómeno medial. Pero el vendedor sigue: "Hay un segmento nuevo del Huachimingo, primo lejano de Bodoque y ser casi mitológico que colecciona pelusas. Allí aconseja y ayuda a los demás títeres. Es muy chistoso". ¿Y cómo te enteraste?, preguntamos. "Es que las noticias vuelan...Y bueno, fui a una de las grabaciones".

Durante todo el verano, el equipo de Aplaplac ha trabajado para producir la segunda temporada de 31 minutos, sobre la que todos los ojos estarán encima. Más ahora que ya no se trata de una sorpresa. Porque a diferencia del año pasado, cuando nadie esperaba encontrarse con semejante ejemplar, hoy las expectativas son altas. Y la productora lo sabe.

Ojo con el arte

Es un jueves de febrero y una docena de personas revolotean dentro de uno de los nuevos estudios de TVN. A la presencia humana, hay que sumar la ida y venida de "los títeres", cuyas personalidades se posesionan de los mortales presentes. Pedro Peirano está de pie y tiene los brazos en alto. Sus manos están dentro del cuerpo de Tulio Triviño, el simio conductor, y la cara de Pedro se concentra en un monitor en el piso que le dice cómo se ven los movimientos de Tulio. En la frente, tal como el resto de los titiriteros, Peirano tiene un cintillo que sujeta un micrófono muy pequeño.

Que Peirano y, a su lado, Daniel Castro (guionista, titiritero y quien le ayuda a hacer funcionar a Tulio) estén de pie no es gratuito. La escenografía está hecha en altura. El mesón sobre el que se apoya Tulio cuando lee las noticias debe medir como 1,70 de alto. Por lo mismo, la cámara se pone sobre unos andamios para que esté "a la altura" de las circunstancias. "El estudio es más alto este año. Antes no era tanto. Teníamos que estar sentados y no podíamos caminar con los monos'', cuenta Peirano. "Ahora podemos correr porque el piso supuesto, el piso imaginario y que se supone pisan los monos, está más arriba".

El crecimiento de la escenografía -no sólo en altura, sino en todos los sentidos- es una de las grandes innovaciones. Hace un año, el estudio de 31 minutos era más pequeño. "Este año, el departamento de arte creció ene", señala Alvaro Díaz. "Hay tres personas más y se nota el aporte". Matías Iglesias, responsable de la sección de arte, tiene a cargo la nueva escenografía, además de la factura de los muñecos y los utensilios para el show. "Nos preocupamos de poner más detalles en el estudio, bromas visuales como un cuadro con el empleado del mes", explica. Y Peirano aporta: "Al final de la primera temporada descubrimos que el estudio no solamente era el envase de las notas, sino un área dramática, un área donde había cosas qué hacer. Y en la medida en que intervenías el estudio podías sacar mejores historias".

En la grabación, todos tienen su lugar. La dinámica del equipo es evidente. Cuando Alvaro Díaz no está manejando títeres, mira un monitor y dirige la acción. El guión, en manos de todos quienes leen en escena, se sigue casi al pie de la letra, aunque hay espacio para la improvisación. Y para los errores. Lulo Serrucho, un nuevo personaje creado por Patricio Díaz, hermano menor de Alvaro y nueva adquisición del equipo, debe repertir varias veces una escena. "Lulo Serrucho es un maestro del disfraz, y el chiste es que siempre engaña a los otros monos del programa... pero en realidad es un simple serrucho y lo único que cambia es el mango. Es burdo y ése es el chiste", explica Patricio Díaz, quien también vela por el nuevo personaje Guaripolo: un muñeco desconocido que siempre dice que es el más popular del 31 minutos.

Club de Toby

Patricio Díaz está de a poco entrando al núcleo duro del programa: el grupo de guionistas, realizadores y titiriteros (todos realizan todas las funciones) que hacen andar las historias del show. Este núcleo de creativos está formado por dos fuerzas: el Aplaplac original -Peirano, Díaz y el productor Juan Manuel Egaña- y los integrantes del colectivo de arte Nueva Gráfica Chilena, que integran Rodrigo Salinas (Juanín Juan Harry), Daniel Castro (Calcetín con Rombos Man), Matías Iglesias y Pato Díaz. "La Nueva Gráfica somos una organización súper secreta infiltrada en una organización menos secreta que es Aplaplac", aclara Salinas, quien con sus correligionarios llegó al proyecto por un video musical llamado Cordillera que vieron Peirano y Díaz. "Ellos vieron el corto, les gustó y nos llamaron".

Para cuando salga al aire la nueva temporada, la segunda quincena de marzo, ya habrá cerca de siete capítulos grabados. Y, a diferencia del anterior ciclo, la presencia femenina será más fuerte gracias a la inclusión permanente de Patana, sobrina de Tulio Triviño. Alejandra Dueñas es quien pone la voz de este único personaje femenino en un mundo de muñecos "machos". "No cualquier mina aguanta esta pega", dice esta actriz. "Hay que tener un sentido del humor súper especial y lo tengo. Comparto un background enorme con los chiquillos y es cosa de pasarlo bien".

A Alejandra, el dominio vocal le apasiona. "Sé que llegué para hacer voces de mujer, pero mi ideal es poder hacer voces de todo tipo: hombres y mujeres". Además de Patana, que se disfrazará de investigadora privada (La Sombra), para esta segunda temporada se encargará de un nuevo personaje fijo, la ardilla Cindy, novia de Tulio Triviño y a quien está recreando de una manera distinta. Y si el año pasado pudo cantar algunos pasajes, ahora tendrá un tema solitario: La señora interesante. "Es una especie de tema rockero, bien sucio, con guitarreo, en la onda de El otro yo".

Esta nueva canción se sumará al ranking Top Top Top de Policarpo Avendaño junto al tema del Dinosaurio Anacleto, cantado por el antediluviano personaje arriba de una limusina. "Hay en total cuatro nuevos temas listos", informa Alvaro Díaz, pieza clave de Aplaplac cuando se trata de crear las canciones.

Miedo al segundo disco

¿Cómo se sienten después de un primer disco y programa tan exitosos? ¿No hay miedo al segundo álbum? "Eso no te puede poner nerviosó', responde Díaz. "Porque si lo haces, podís pasmarte. Si alguien tiene una idea fuera de lo que se ha hecho en el programa, nunca podís dejar de hacerla. Si no funciona, no la ponemos. Pero no podís empezar a decir que no. Porque uno puede acceder a una rutina y empezar a hacer las cosas monótonamente".

Y para romper con la monotonía, uno de los objetivos para este año es comenzar el rodaje de la película de 31 minutos, un ansiado proyecto de la productora con el que piensan postular al Fondart. Ya se ganaron un fondo Corfo para el desarrollo del guión y estudian financiar el salto a la pantalla grande con fondos de TVN y un posible socio español. "Apenas terminemos la segunda temporada, en junio o julio, hay que ponerse a trabajar de cabeza", dice Díaz. "Es una oportunidad única. Nos demoraremos lo que hay que demorarse".

Sobre la historia de la película, no hay nada tan claro, salvo que será un Indiana Jones de 31 minutos. "No es un capítulo larga duración de la serie", aclara Peirano. "Queremos que sea una historia que permita crecer a los personajes aún más y, por supuesto, que va a tener cosas del programa, personajes del programa, pero también se supone que tiene que ser una película que tenga cierta independencia".

Otro proyecto paralelo de Aplaplac es producir nueve capítulos más de Mira tú, la primera serie educativa que hicieron, en 2001, y que mezclaba actores con animación. "No vamos a dirigirla esta vez", adelanta Díaz. "Estamos llenos de pega con 31 minutos". Van a delegar la misión a Pablo León, director del notable clip de Hermanos Brothers.

"Las noticias vuelan rápido", dice en la avenida Perú de Viña del Mar, Luis 31, vendedor ambulante que sabe cada paso de sus ídolos. Lanza una nueva primicia sobre el noticiario de títeres: "La otra semana voy a saber de qué se tratan algunas nuevas canciones". Y luego le explica a un escolar la novedad del año: "Hay un segmento nuevo del Huachimingo, primo lejano de Bodoque y ser casi mitológico que colecciona pelusas. Allí aconseja y ayuda a los demás títeres. Es muy chistoso".