31 Minutos, La bola de Nieve del CNTV (www.cntv.cl)

31 Minutos, La bola de Nieve del CNTV

Titirilandia

El 15 de marzo del año 2003 debutó en TVN con el primero de sus 21 capítulos, “31 Minutos”. Gracias al Fondo-CNTV que el 2002 los premió con 82 millones de pesos, Alvaro Díaz y Pedro Peirano, creadores de otros programas de televisión como “Plan Zeta” y “Factor Humano”, pudieron dar vida al que plantearon como un “noticiero conducido y reporteado por títeres y muñecos, que busca despertar con sentido del humor, todos aquellos temas que interesan y llaman la atención de los niños”. Sin duda que el programa fue y es mucho más que eso.

Comenzando recién su segunda temporada, esta vez financiada completamente por TVN y con el proyecto de hacer la película, se hace necesario usar el manido apelativo de “fenómeno” para dar cuenta de un tipo de programa que surge de lo básico y primigenio, se pasea por las emociones, camina por lo irónico, rescata el pasado mediático sedimentado en nuestra memoria televisiva, se ríe del entorno, parodiando a uno de los medios de comunicación más criticados y venerados, a la vez que le roba su impronta y la conjuga fácilmente en cortos 31 minutos: educar, informar y entretener.

Al debut silencioso de los primeros capítulos que alcanzaron alrededor de 6 puntos de rating, siguió lo único que catapulta a los buenos programas de televisión, la preferencia y buenos comentarios del público. En octubre marcaba 14.2 puntos de rating en su horario tradicional del sábado por la mañana y en el estelar del viernes un punto más, terminando el año con tres repeticiones de los 21 capítulos. El disco del programa apareció el 8 de julio y en veinticuatro horas vendió 10 mil copias, ha obtenido 6 discos de platino con 120 mil copias vendidas. Esto, más 15 mil DVD y 35 mil VHS comercializados para Navidad de ese año.

A pesar de todo el marketing de los productos y la repetición de las emisiones de la primera temporada, que hizo pensar en la sobresaturación que podría generar entre el público, el programa siguió siendo bien recibido y aceptado por todos. “31 Minutos”, como dicen sus creadores, en esta segunda temporada ha evolucionado, pero apelando al mismo espíritu que lo vio nacer, entre ellos, el de la irreverencia.

Cual Patricia Ana, reportera estrella de “31 Minutos”, grabadora en vez de micrófono en mano, me apresto a hacer la entrevista a la pareja televisiva más exitosa del año, Pedro Peirano y Alvaro Díaz. Estoy un poco preocupada por no encontrar Tranquila, la calle donde funciona el reino de Aplaplac, aunque adivino que la formalidad no debe ser el fuerte del lugar.

Son las 15:30 horas y he cumplido mi primera misión de periodista, ser puntual. ¡Plaf! ¡Plaf! se escuchan las puertas de un auto y casi corriendo a las 15 horas con 31 minutos desde la oficina en que me encuentro escucho a Tulio decir: " hemos llegado a tiempo" , mientras la inconfundible voz de Bodoque replica: "estamos justos" . Como en el set del programa se han sentado, Pedro tras el escritorio y Alvaro a su derecha, callados esperan mi primera pregunta con la que pretendo llevarlos a un tiempo feliz:

¿Qué veían en televisión cuando eran niños?

Peirano: Veíamos casi todo lo que daban: ”Los Bochincheros”, “Los Mupett”, “Plaza Sésamo”, había otro que se llamaba “Animales, animales, animales”, veía programas ingeniosos que llamaban la atención y lo harían ahora también.

Díaz: El Oso Yogi, Bugs Bunny, los tradicionales de Hanna y Barbera y la mayoría de los monos. La televisión se echaba a perder a la hora del almuerzo y pasadas las cuatro de la tarde se arreglaba. Además no había muchos canales, no había mucho de dónde elegir y es por eso que las referencias son comunes para todos .

Juan Carlos intenta pasar la ansiedad del momento tomando mi lápiz, que estaba junto a mí y aunque necesito, no me atrevo a pedir. Reiteradas veces salta lejos, lo pone en su boca, cae bajo la silla o la mesa, aunque fuera una Mont Blanc no me atrevería a requisarlo. En el mismo juego los vuelvo al presente:

Y ahora, qué les gusta ver en televisión.

Díaz: Yo veo mucho cable, National Geographic, Discovery, Travel Channel. No veo monos, salvo Los Simpson que he visto desde que existen, programas magazinescos y documentales son los que me gusta consumir en general, y fútbol, no tengo más tiempo para ver tele.

Peirano: Yo veo ene general lo mismo, salvo fútbol, mi cupo de fútbol lo ocupo en Nickelodeon, monos y programas policiales en general.

¿Qué importancia le asignan a la televisión en sus vidas y qué espacio llenó cuando eran niños?

Díaz: Fue padre y madre, fue la primera amante, fue todo. Obviamente somos la primera generación que nació con la tele, estaba metida en los dormitorios y eso determinó la manera de comunicarnos. Si esa manera es buena o mala no tiene mucho sentido saberlo, pero sí, la tele ha estado en torno a nosotros, es nuestro tema de conversación, nuestro sedante cuando no queremos esforzarnos mucho. En mi caso es la responsable de que yo no sea un gran lector, aunque me guste mucho leer. Te ayuda a evadir, la tele descomplica todo.

Y hoy, que existe una oferta de entretención no sólo para los niños debido a los canales de cable ¿cómo explicarían el arrollador éxito de "31 Minutos"?

Peirano: No sé como explicarlo, sólo puedo decir que es un programa que por muy masivo que se plantee es muy personal de la gente que lo hace y eso de alguna manera se transmite, son historias personales que no entran dentro de un circuito de fábrica. Usamos la tele para narrar historias de carácter e interés personal, eso influye en que sea un programa que se diferencia de los otros, porque posee una rsonalidad atractiva. No está basado en ningún cálculo, quiere hacer una narración clara y lo más divertida posible.

Díaz: Cuando se lo compara con otros como “El Show de los Mupetts” o “Los Simpson”, que son programas, curiosamente con el mismo éxito o grado de influencia, eso a nivel internacional y nosotros a nivel local todavía, genera el mismo cariño. Vemos que están hechos desde un lugar similar, están hechos por gente que uno no conoce pero cuyas historias y maneras de ver la vida son muy parecidas a la de uno. Pertenecemos a una cierta familia de programas y de gente que es minoritaria dentro de la tele, pero que siempre está y en todas partes tiene sus rincones, en este caso es "31 Minutos".

Muchos programas hacen estudios de mercado, contratan sicólogos infantiles o expertos. ¿Es el caso de"31 Minutos"?

Peirano: No, eso afectaría principalmente la evolución de los programas, tiende a hacer que se mantengan como son y no cambien.

Díaz: El fenómeno "31 Minutos"se puede estudiar por ser un fenómeno humano más, pero el proceso inverso no existe, construir algo con carácter propio, personalidad y sensibilidad a partir de estudios, es una falacia. Pensar que si conoces al público puedes hacer algo exitoso es errado, mientras más conoces lo que quieres contar, entonces más exitoso será. Debes saber a quién cuentas, todo viene desde cuestiones instintivas y desde confianzas propias.

¿Creen que el programa crea un puente generacional, es decir, conecta a padres e hijos porque ambos se interesan por lo mismo?

Peirano: Puede ser, porque si el programa le interesa a un papá que no comparte generación con su hijo, pero sí la casa, se transforma en otro motivo de unión para las distintas generaciones de una familia. Entonces, sí es un puente o como se quiera llamar, en ese sentido hay cosas universales que no tienen mucho que ver con a qué generación uno pertenece. Creo que hay una conciencia en este programa de que a los niños les encanta por alguna razón que hasta nosotros desconocemos. Cuando hacemos una referencia al Chavo, obviamente es una referencia que entendemos desde nuestro punto, pero quizás los niños lo entiendan desde otro y ellos armen su propia realidad.

Díaz: Lo importante es que la historia sea buena y para ello debe ser lograda, no puede ser sólo un saco de referencias, en el fondo, no puedes distanciarte de los niños que no han visto al Chavo, por ejemplo, al hacer una referencia a él, ésta vale si lo conoces y lo viste de niño y si no lo viste, también.

¿Qué significa para ustedes que en marzo los canales de televisión se hayan preparado con nuevos espacios y programas para enfrentar el año, el que hayan invertido en un área antes abandonada?

Díaz: Descubrieron que era un área donde había plata y público. Siempre lo ha habido, pero los canales son lentos, tienen cierta ceguera, no son la punta de lanza o el referente de lo que hay y de lo que no hay que hacer, tienen su dinámica de la reacción y en este caso reaccionaron frente a “31Minutos”. Entonces, yo como productora, debo estar siempre adelante, mañana tal vez no sea algo infantil. Efectivamente nos anticipamos y abrimos una puerta. Y había una evaluación hecha por el Consejo Nacional de Televisión, el principal ente dedicado a la investigación en televisión, que decía aquí no hay programación infantil y el financiamiento del Fondo-CNTV a nuestro programa y su posterior éxito indicó que no estaban equivocados. Los canales se dieron cuenta de que algo faltaba.

Peirano: El CNTV hizo bien su trabajo y funcionó la idea de ser el principio de la bola de nieve.

¿Qué implica o significa para ustedes que un programa de televisión sea de calidad?

Díaz: La calidad y el éxito no van siempre aparejados, pero no son distantes, si trabajas con el tiempo y las herramientas adecuadas y la investigación necesaria, es posible que el programa sea de calidad. Con los contenidos es lo mismo, el éxito es a veces consecuencia de la calidad, otras veces no. El éxito tiene que ver con la madera de que están hechas las cosas.

¿Qué contenidos de "31 Minutos" se dirigen a lo educativo, a enseñar de forma no tradicional?

Peirano: Para mí “31 Minutos” lo concentra en dos elementos: los educativos tradicionales tratados de una manera especial o tratados al estilo de “31 Minutos”, que son los derechos de los niños de Calcetín con Rombos Man y los problemas o asuntos ecológicos tratados por el conejo Bodoque. Por otra parte, no sé si tomamos el riesgo o descubrimos que podíamos contar historias a través de lo que se llama educación afectiva, que es un tipo de educación poco desarrollada en Chile. Si uno habla con un sicólogo infantil te das cuenta que existe mucha carencia en esta área y que si se hace un esfuerzo de presentar, ni siquiera formalizarlo, sino presentar personajes que tienen problemas personales que solucionan por esa vía se aporta en este aspecto. Si mostramos personajes que por conflictivos que sean entre ellos, son amigos, mostramos que prima lo afectivo y el tema funciona.

¿Cómo vieron el estreno en televisión de la segunda temporada de "31 Minutos" y qué ocurrirá con él y con ustedes a futuro?

Peirano: El primer capítulo fue bien recibido, estamos contentos. Esta temporada el programa va a evolucionar, con lo que se solidificará. Queremos hacer la película y estamos haciendo “Mira Tú”, programa que originalmente también fue financiado por el Fondo-CNTV. Estamos trabajando en nueve programas los que unidos a los tres que financió el CNTV hacen un ciclo más interesante televisivamente hablando. Además de terminar la temporada de "31 Minutos" y hacer la película.

En el Primer Festival Iberoamericano de Televisión Infantil Prix Jeunesse, el año pasado, uno de los premios que obtuvieron fue la invitación para asistir a la versión internacional que se realiza este año en Alemania. ¿Van a ir y qué esperan de la experiencia?

Díaz: Vamos a ir porque nos interesa ver cómo anda el programa en esas lides, es de la temporada pasada y tiene cosas que ya hemos superado, que no por eso son malas ya que se trata de un programa vivo y dinámico. Lo veremos correr con otros y allí sabremos si tiene buena aceptación, nos importa saber eso. Además queremos ver qué se está haciendo en este tipo de televisión en otras partes del mundo.

Peirano: Queremos compartir experiencias, es la posibilidad de conocer sobre la coproducción, una herramienta a la mano que debemos ocupar y saber cómo hacerlo.

Guiños

El noticiario conducido por Tulio Triviño, a veces, pero no siempre, es el espacio de la no noticia y del relleno. Es el modelo por esencia y apela a la realidad con la que muchas veces no estamos conformes, la realidad de la televisión que criticamos pero debemos seguir viendo. “31 Minutos” es el lugar sin noticias donde lo único importante y tratado con seriedad son temas como la amistad, la lealtad, la naturaleza y los niños. A cada capítulo las experiencias que viven los personajes y sus problemas bosquejan un temple, una personalidad que les otorga identidad propia. Este noticiario está lleno de invitados intrascendentes de los que no tienen nada nuevo que decir. Esta lleno de referencias que celebramos cuando actualizan parte de un tiempo que guardamos en la memoria y atesoramos porque nos lleva a la infancia.

Recuerdo que lentamente caía la noche en el living de mi casa, la penetrante luz de la pantalla lo iluminaba todo mientras el “Chavo del 8” se escondía a llorar dentro de su barril. Crecimos venerando esa añeja obra de teatro en blanco y negro, recurrente cuando la idea era hablar de lo realmente chileno y de la cual sólo nos gustaba la parte del “lustriamos,