Juan Carlos Bodoque, Periodista Estrella (El Sábado, de El Mercurio)

Juan Carlos Bodoque Periodista Estrella

Quería ser el conejo ancla de 31 Minutos, pero terminó convertido en reportero de temas ambientales. Lo que al principio fue un castigo se transformó en su pasión. Tanto así que Bodoque acaba de lanzar una antología con sus mejores reportajes. Es El Libro Verde, destinado a convertirse en un clásico de la literatura de no ficción.

Marcela Aguilar

—¿Le han dicho que es la voz más varonil de la franja infantil?

Sí, varias conejitas del ambiente televisivo que prefiero mantener en el anonimato.

—¿Ya perdonó a Tulio Triviño por robarle el puesto de conductor de 31 Minutos?

Jamás he tenido problemas con ese principiante. Yo opté por un puesto menor y peor pagado.

—¿Qué tiene Tulio que no tenga usted?

Un Mercedes.

—¿Qué tiene usted que no tenga Tulio?

Muchas deudas.

—¿Qué esperanza hay de que los niños lean su libro si usted mismo confiesa que no lo ha leído entero?

¡Pero cómo me dice eso, si es un libro apasionante, didáctico y entretenido! Por lo menos eso dice la contratapa. Creo.

—¿Es cierto que el libro se lo escribió una ayudante?

No, ella es una asesora personal permanente a honorarios básicos, que plasmó mis ideas de manera certera, veraz y elocuente. Por lo menos así me lo han dicho.

—¿Qué prefiere: convertirse en best seller o ser bendecido por la crítica?

Yo sólo quiero ser bendecido por el Papa. Pero a mis acreedores del hipódromo les urge que sea un súper ventas.

—¿Negoció ya los derechos para el cine?

Eso lo ve mi asesora permanente a honorarios básicos, que negocia de manera certera, veraz y elocuente. Por lo menos así me lo han dicho.

—El próximo paso en su carrera como escritor.

Un pequeño libro de autoayuda dedicado a la amistad. Se titula: "¿Ya consiguió amigos? Ahora úselos".

—La próxima denuncia en su carrera como periodista.

No puedo darla a conocer en estos momentos, pero le puedo decir algo: no dejaré títere con cabeza.

—Ser un periodista estrella, ¿ha afectado su vida privada?

Para nada, sigo siendo el mismo conejo rojo que apuesta a los caballos seis veces a la semana y que es incapaz de tener una novia sin pedirle dinero prestado.

—¿Qué piensa de la farandulización del periodismo?

Me parece más grave la tarantulización de las arañas.

—Lo mejor que le ha dicho algún televidente.

"¡Cuidado con ese piano!": Ese tipo me salvó la vida.

—¿Y lo peor?

"Ahora págueme". Me lo dijo el mismo hombre que un minuto antes me había salvado la vida.

—Tres cosas buenas que aprendió con sus reportajes ecológicos.

Reciclar las sobras de Tulio, como esta chaqueta que estoy usando, no contaminar porque el auto lo perdí en una apuesta y respetar el silencio para que mi asesora personal se concentre y termine rápido mis libros.