Insolito (alvarocueva.com)

Insolito

Por Alvaro Cueva

Nickelodeon es un canal para niños que se puede ver en todo México por diferentes sistemas de televisión de paga y cuyos estándares de calidad son muy, pero muy altos.

La nota de la semana pasada fue que por primera vez en la historia de “Nick”, una producción latinoamericana iba a entrar a su programación.

Eso equivale a lo que Argentina hizo al meter “Epitafios” en HBO. Es un notición y peor tantito porque la producción en cuestión, para variar, no era de México sino de Chile.

Deje usted que nuestro país, salvo por la entrada de “El juego de la vida” a Japón, se sigue quedando atrás respecto a los grandes movimientos televisivos de la globalización.

El detalle está en que el programa chileno de “Nick” tenía necesariamente que ser una obra maestra. ¿Y qué cree? Que resultó ser una porquería inmunda que jamás debió haber sido aceptada por semejante canal.

El programa en cuestión se llama “31 minutos”, se supone que es un noticiario para niños conducido por “puppets”, pero es, para acabar pronto, la versión chilena de “Moooncho al aire” de CNI Canal 40.

No sé quién copió a quién, pero sí sé que “31 minutos” está mal hecho hasta en el diseño de los monos, que no es capaz de retener la atención de los niños, que su sentido del humor es patético, que sus contenidos hacen que el público infantil nunca entienda qué es un noticiario y con no cumple con los más básicos estándares de calidad de “Bizbirije” o “Plaza Sésamo”.

Chile es un país que se merece todo nuestro respeto con una televisión capaz de generar telenovelas fuera de lo común como “Machos”, pero “31 minutos”, que a lo mejor tiene mucho éxito en Santiago, no tiene nada qué hacer en Nickelodeon.

Si ese canal tan importante quería incluir material de países latinoamericanos en su programación, en lugar de aceptar esa baratija, se debió haber acercado a gente que sí sabe del negocio de la televisión infantil. ¿A poco no?