Entrevista a Pedro Peirano (Talion)

Entrevista a Pedro Peirano

por Ignacio Chacón.

¿Cómo es (o cómo debe ser) para Pedro Peirano una TV “buena”? ¿Qué elementos debe agrupar? ¿Qué tiene, y qué le falta al medio actual?

Para mi la tv buena, en cuanto espacio o medio, es aquella que reúne todo tipo de producciones, en la que la calidad es variable pero hay espacio para todo. Si sólo tenemos televisión farandulera, entonces la tele no cumple su objetivo. Pero gracias a Dios existe el cable, donde podemos ver toda una variedad de programas y calidades que nos hablan de la excelencia de este medio de comunicación.

A tu juicio ¿En qué época ha estado la TV chilena más cerca del ideal de la complitud o del concepto de “bueno” que expusiste?.

La televisión ha estado marcada por las circunstancias históricas del país, es un medio que constantemente refleja la realidad nacional, las inquietudes y el desinterés o interés general de la población. En ese sentido, no hay época mejor. Si la televisión ahora es patética, competitiva y desalmada, deberíamos ver en eso algo de la actitud de los chilenos respecto de la realidad actual. Toda época, por mala, se vuelve interesante bajo esta mirada. En el sentido de producción audiovisual, pienso también que la televisión es grosso modo la misma de siempre. No creo que estemos en una época “peor” de producción, tanto como no creo que la existencia del canal 2 marcara una época “mejor”. Todas hablaban del presente, todas eran la mejor y peor época.

A tu juicio ¿cuánto le debe el chileno medio a la TV y cuánto ha dejado de ganar con ella?.

La televisión es una herramienta importante de información y enttretención, e incluso a veces de educación. La televisión ha servido enormemente en todas estas áreas, aunque a veces sea difícil asimilar sus puntos positivos en una oferta demasiado recargada de programas imposibles de ver.

¿Cuál es a tu juicio el estado de la TV chilena actualmente? ¿Cuáles son los rasgos característicos de ese estado?.

La televisión básicamente es la misma de siempre. Poca creatividad., mucha competencia expresada en producciones similares en todos los canales, la caída de un canal grande a favor de otro, y viceversa, demostrando que cada canal es exactamente el clon del otro y sólo pasa por distintas etapas. Me parece que no es de extraño pues se trata de una industria del entretenimiento, y creo que es incorrecto darle más importancia de la que tiene. La gente sabe que la televisión es mala. Y en ese sentido está un poco “a salvo” de su supuesta influencia. La televisión es sólo circo, con grandes excepciones. Y creo que es muy sano ver programas de gran calidad y programas basuriles pero entretenidos.

¿Cuánto le debes Tú a la TV? (dicen que para muchos baby boomers de los ochenta, la TV fue nuestra nana).

No fue tanto como mi nana. Más bien diría que una tía buena para el cuento. La televisión fue extremadamente importante para mí y la gente de mi generación y las posteriores. Ahí estaba el germen del trabajo que terminaría haciendo (y recuerdo haberla visto desde muy chico desde un punto de vista “semiprofesional”), fue también el primer acercamiento al cine, a la narrativa audiovisual, al absurdo, (sobre todo las noticias de TVN durante la dictadura, tan bananeras que hasta un niño dudaba de ellas más que de los programas de ficción, etc.). La televisión tambiuén fue importante para recuperar de cierta manera el sentido de ser chileno, perdido por años de autoritarismo, con la Teletón y otras campañas que realmente compensaron en parte nuestro desconocimiento absoluto sobre los movimientos sociales y el antiguo y campechano país donde nacimos.

Obligatoriamente relaciona los siguientes conceptos con la televisión: Empresa- zalamero- producto.

Comerciales.

¿De quién preferirías ser empleado: Piñera, Claro, El Señor Manguera o Bodoque?

Bodoque: yo domino su mente, el sueño de todo empleado.

¿Qué tan tributario es tu concepto de televisión (específicamente 31 minutos en este momento) de la TV de “época”, específicamente de la de los ochenta?.

31 Minutos es un programa ochentero cien por ciento. En él los personajes tienen un sentido de la dignidad televisiva que ya se ha hecho anticuado, están demasiado preocupados del escándalo y no quieren que se produzca ninguno: nada que ver a los programas de hoy. En tus personajes televisivos, la cuota del morbo sólo es superada por la del humor (absurdo) ¿hasta qué grado puedes compatibilizar? O sea, ¿cuáles son los límites de una TV no tradicional, como la tuya, encajada en un medio tradicional?. Creo que la televisión que hacemos no deja de ser tradicional, y en ese sentido funciona como toda la demás oferta televisiva. Tras ella hay, tal vez, más personalidad diferenciada del medio que lo común, pero eso se debe a que somos nosotros los autories y no gente “televisiva” cien por ciento. Los límites de nuestros programas, por tanto, creo que son similares en enunciado a los de todo programa: no dejar de estar cerca del público, ser interesante, no repetirse. Los métodos para lograrlo tal vez son los diferentes, y se debe a que somos autodidactas y amamos nuestro programa y a nuestros personajes. Otro límite puede ser el amor, aunque suene siútico. Eso impide que hagamos lo que sea con 31 Minutos, sino que respetemos lo que ha llegado a ser tan lentamente gracias a esa cuota de cariño con la que se realiza por todo el equipo.

Relacionado con lo anterior ¿Podría decirse que “la mano” de la TV actual va por una simbiosis de la TV acartonada, biempensante, limpia y modulada, con una TV más directa, menos ingenua, y más “armada”, u obligatoriamente uno de las dos visiones debe predominar?

Todo es válido. Los mencionados no son problemas ni virtudes. Cada programa puede tener cuotas de todo o de alguna de esas cosas, y de eso no depende que sea bueno o malo. Creo que la genuinidad y la honestidad en la realización van por sobre otras carácterísticas, muchas de ellas derivadas más de sesudos estudios que poco tienen que ver con el verdadero origen o energía que hace funcionar los programas.

¿En qué grado crees que la sociedad (holding) Díaz- Peirano en su “reacomodo” (léase aterrizaje en TVN) tuvo que renunciar a la acidez incisiva característica de sus programas? Porque ¿puedes comparar la crítica de los sketch de “Gato por Liebre” o “Plan Z” con el humor a secas que entrega 31 minutos?.

Creo que no tuvimos que renunciar a nada. Los programas son distintos y eso es magnífico para gente como nosotros que nos gusta meter mano en muchos géneros distintos. Para mi 31 minutos no es una renuncia ,es una ganancia. Me siento muy cómodo con su humor, mucho más que con muchas cosas de plan Z y sobre todo con Gato Por Liebre, en que me veía obligado a “sentirme” inteligente para cultivar esa especie de humor crítico. Me gustó ese trabajo, y me entrenó. Pero una búsqueda mucho màs profunda da sus resultados ahora, para mi, al menos, porque no creo que el de 31 minutos sea humor a secas. Yo lo veo como humor compasivo, que es muy distinto y difícil. Se trata de asumir lo falible y desastroso de la raza humana y provocar humor desde esas grietas, de esos intentos de perfección que somos todos y que se refl ejan en estos personajes llenos de miserias y virtudes. El humor así llega a un nivel de autocrítica insospechado en otro tipo de comedia en la que siempre estamos juzgando a otros. Aquí tratamos de provocar humor y empatía sin juzgar a nadie. Es un desafío increíble.

Relacionado con lo anterior, al llegar masivamente (lo que es claramente una ventaja) ¿Es el hecho de ser 31 minutos un programa con bastante cafeína, EL aporte a la TV actual del noticiero? De ser así ¿Cómo hacer para que los títeres en ese sentido no se “salgan de madre”?.

Es un aporte, pero también es sólo un programa. Su objetivo no es ni tan ambicioso. Es un programa pequeño y lo sabemos. No es difícil darse cuenta si se desnaturaliza o no.

Finalmente ¿Para qué público es 31 minutos?.

Es un programa para la familia que los niños sienten muy suyo y que nosotros sentimos muy niñesco. Nuestra intención no es hacer un programa de adultos disfrazado de infantil, ni revolucionar la televisión. Nuestro propósito es ser fieles a nuestros telespectadores y disfrutar con nuestro trabajo, dejando las subsubsubsub lecturas a gente con tiempo para hacerlas. Un niño y su papá riéndose de nuestras tonteras es todo lo que realmente espero como fruto de mi trabajo.

Ping Pong

Tu imagen más recordada e la TV.
Don Francisco en un salto congelado para ir a comerciales
A los 10 años ¿Pichanga o Pipiripao?.
Pipiripao
Mejor programa de la TV actual (no vale 31 minutos).
Rojo Vip
Peor Programa de la TV actual.
El Matinal de La Red
Mejor programa de todos los tiempos.
¿Chileno? Sábados Gigantes
Peor programa de todos los tiempos.
¿Chileno? EL Chapuzón
Personaje de 31 minutos que sea el más “Peirano”.
Tulio
Gina Zuanic.
Teta operada
Tío Memo.
Risa histérica