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A todos los chaqueteros del país, aquí les va una mala noticia: 31 Minutos sigue disfrutando de sus 31 minutos de fama. Probablemente para la mayoría de los que se revolcaron de la risa con el primer disco y qee ya no ven el programa esto pareciera ser más de lo mismo, o bien, un producto inferior al resto. pero no. La saga continúa con un grupo de ratones, longanizas, patos y una serie de otros personajes salidos del Peral, que entregan canciones que se pueden cantar solo con una botella de vino y un par de malos amigos. O con tu hijo o con las voces que te hablan.
Ratoncitos es un disco que está por sobre el de Guaripolo, que tuvo la ingrata misión de pelear con el primer disco fenómeno y que, dicho sea de paso, no tenía la misma fuerza del otro. Pero aquí pareciera que se acabó el estrés y se dio un paso adelante: el formato dio lugar a otros experimentos en la misma creativa pero en un contexto asumidamente esquizofrénico, y la misión la tomaron los ratones como primera línea de batalla. Y truinfan. No están de más "Mr. Guantecillo" y los Hermanos Computadores de Paine, la alucinaciones de Bodoque mirando cactus.
Para terminar, digamos una gran verdad: siempre será mejor escuchar a unos ratones con hiperkinesia o a Flacosis incitando a comer vegetales, a ver cualquier variante de Rojo. Al menos, se escucha a ratos más normal.