Fecha de la entrevista: 1 de septiembre de 2005
Alvaro Díaz González es periodista de la Universidad Católica de Chile. Director, realizador y guionista de numerosos videoclips, documentales y series educativas. Desde el año 2002 dirige 31 Minutos, serie infantil ganadora del Fondo Concursable del Consejo Nacional de Chile.
Desde su visión de la televisión para niños, Alvaro Díaz González se introduce en el marco de la ideología infantil para crear relaciones, idear personajes, narrar historias y jugar con el absurdo. El director de 31 Minutos es conciente del éxito de este programa que ha obtenido importantes reconocimientos, pero también siente que aún hay un camino por recorrer.
Alvaro Díaz: A nosotros nos fue muy bien en el año 2003, fue un fenómeno que jamás contemplamos. Pero la experiencia de participar en el Prix Jeunesse de Munich en 2004 es una lección de humildad que a uno lo pone en su sitio y le sirve para saber que hay un lugar donde puede apuntar. La palabra es la “precisión”. Precisión en el manejo de sentimientos, de actuaciones, de originalidad. Básicamente tiene que ver con talento y la capacidad de expresión que tienen esas producciones.
Es la angustia permanente del latinoamericano frente a Europa porque tú ves que hacen cosas increíbles y realmente maravillosas. Todos los que hacen televisión o cine en Latinoamérica también están inventando televisión y cine. En este caso no, ellos vienen heredando una historia de narraciones de hace mil años, son herederos y tienen una capacidad de precisión y de detalle que es de admirar. Y cuando uno es capaz de emocionarse con eso, ve los miles de años de diferencia pero se anima también a seguir trabajando para perseguir ese ideal de calidad.
Yo tenía un profesor -el tipo que más me ha enseñado en la universidad-. El estudiaba la historia de Latinoamérica a través de las teleseries y decía que lo que distingue a nuestra región es la eterna esperanza. Que siempre creemos que vamos a llegar al lugar y aunque no vamos a llegar nunca, vamos a tener la eterna esperanza de creer que podemos mejorar y que vamos a ser como nuestros conquistadores. Pero la eterna esperanza es nuestro rango absolutamente distintivo y yo creo en ella. Yo no pienso llegar al nivel de las producciones europeas, quizá algún día llegue a trabajar en un lugar donde trabajan ellos y para mí eso ya es más que un sueño.
31 Minutos fue ganador del Fondo Concursable del Consejo Nacional de Televisión de Chile , ha sido merecedor de reconocimientos como el Primer Premio y Premio Especial del Público del Festival Prix Jeneusse Iberoamericano; Premio Apes; y el Premio al Mejor Programa de Televisión del Círculo de Críticos de Arte. Es transmitido en Chile, Colombia, Panamá, Venezuela, Ecuador y ha sido el primer programa latinoamericano comprado por Nickelodeon.
A.D.: El ingreso a Nickelodeon fue bien simple dado el fenómeno de Chile. Este es un mercado pequeño pero muy informal y agitado, entonces lo que pasa en Chile muchas veces es considerado para ver qué puede pasar en otros lados, es replicado, y Nickelodeon lo que compró fue el efecto del programa. Ellos estaban buscando una serie latinoamericana, vieron un par de cosas y les interesó el fenómeno y los resultados.
Al contrario de lo que se podría pensar ellos son muy respetuosos por nuestro trabajo. Uno tiene la idea del gringo que piensa que uno es tonto y no sabe lo que hace y viene a comprarte barato. No, al contrario. Es interesante hablar con ellos porque es gente que sabe mucho de televisión y te puede aportar bastante. No es venderte a alguien que te va a destruir y va a convertir tu producto en una basura.
En cuanto al lenguaje hemos tenido obviamente que hacer algunos cambios, se mejoraron cosas que no se entendían, pero Nickelodeon también ha sido respetuoso en ese sentido. Me refiero a palabras que impiden la comprensión del programa, no modismos porque tratamos que 31 Minutos mantenga su carácter chileno. Nosotros concientemente incluso antes de vender el programa al cable empezamos a fijarnos más en la pronunciación y otros aspectos.
Lo principal ha sido cambiar la música porque usábamos de toda clase. En Chile no se cobran derechos de autor prácticamente por la música extranjera y uno puede programar libremente. Y cuando llegamos a Nickelodeon nos dijeron ¿tienen los derechos de Los Beattles? Lógicamente no íbamos a tenerlos nunca, es imposible conseguirlos y pagarlos menos. Y hubo que generar músicas propias, incidentales y comprar librerías de música que a mí no me gustan tanto porque son músicas muy normales. Pero que es un método que te saca de apuros sobre todo cuando estás vendiendo un programa y tienes que entregarlo rápido.
En cuanto a contenidos ahora me acordaba de uno: sacamos una canción nueva que dice “señor guantecillo, tome un cigarrillo” y le pasan un cigarro al personaje, porque nos han pedido que estemos a favor de la campaña anti-tabaquismo y nosotros consideramos que es una buena iniciativa. Y si cambiar un plano y unas letras de una canción ayuda a eso no tenemos ningún problema. No es grave para nosotros porque estamos de acuerdo en ese tipo de contexto.
Para Alvaro Díaz González la calidad de televisión infantil es una suma de talento, experiencia, trabajo y tiempo, que no se distingue en nada de la calidad de cualquier otro tipo de producto. El éxito de personajes como Tulio Triviño, Juan Carlos Bodoque o Policarpo Avendaño radica en que tienen la vida que a los niños les gustaría tener. Son como niños porque tienen la mentalidad de un niño pero tienen muchas cosas que en su ideología quisieran alcanzar.
A.D.: Cuando concebimos el programa quisimos que fuera parecido a los programas que nos gustaban a nosotros cuando éramos chicos, que no tratara a los niños como tontos y utilizara la ideología infantil que es mucho más abierta, mucho más gratuita y mucho más curiosa. Hacemos cosas que a los niños les gusta ver. Los niños quieren todo, entonces uno tiene que ser capaz de sorprender y de mostrar cosas que les despierten. A veces uno no lo logra, pero esa es la pelea que se tiene que dar con cualquier público.
La música ha sido también un elemento fundamental. Nosotros necesitábamos hacer canciones y canciones que hablaran de la realidad de los niños, historias muy simples de niños. Y así nos pusimos a hacer letras con Pablo Ilabaca, un guitarrista del grupo Chancho en Piedra y a participar con él, haciendo un trabajo entre gente que no sabía nada de música con un músico muy talentoso. Lo básico es que no fuera con ese tono medio bobalicón infantil, sino canciones bailables que también le gustaran a los adultos y funcionaba muy bien. Las construimos bajo la misma ideología del programa y así nacieron temas que en el país se convirtieron hace un par de años en verdadero éxito como “Baile sin Cesar”, “Nunca me he sacado un 7”, “la-la” o “Me cortaron mal el pelo”, entre otros.
El humor es otro punto importante, todos le ponemos el humor al programa y tratamos de que sea muy divertido. Un programa puede traspasar la línea del arte, o de la educación, pero nunca puede traspasar la línea de la diversión, ese es nuestro objetivo principal.
Lo que pasa es que uno se divierte de distintas maneras. Yo me aburro con la gente que repite y es redundante y baila todo el rato gritando. Cuando chico me entretenía mirando mapas y yo no era un niño muy distinto al resto, hay unos niños que se entretienen mirando hormigas. Y esa es la diversión, es matar el tiempo de la mejor manera.
Con una visión especial de la televisión educativa este director trabaja con base en el criterio que los niños consumen todo tipo de programas y tienen su propio punto de vista al respecto. Cree que educar no es entregar contenido lineal sino que tiene que ver también con entretener, con llamar la atención y con despertar su curiosidad, pero sobre todo con generar habilidades para poder sobrevivir en el mundo.
Yo creo que tiene que ver con la forma como se vuelve al principal objetivo, que no es la repetición mecánica de contenido ni lo que dicen los libros sino es generar habilidades para poder sobrevivir. Entonces si en el caso de la televisión uno puede despertar la curiosidad, el sentido crítico, y todos los factores que mencionaba Ana Helena Meirelles como criterios de evaluación de calidad, va a despertar un montón de elementos que pueden hacer que la gente desarrolle sus capacidades. No sé si puedan ser así mejores personas pero que desarrollen al máximo las capacidades con que cada uno viene dotado.
Creo que en la medida en que uno vuelva a mirar otros planes de estudio por ejemplo, y vuelva a encontrarle el sentido a esos planes de estudio obviamente va a mejorar la educación. Que no sea la mera repetición, no sea la educación por castigo o premio sino que quien está aprendiendo también sienta que tiene un verdadero sentido para su vida.
El éxito de 31 Minutos ha dado paso a un importante fenómeno de mercadeo y en este sentido se maneja el concepto de buscar que los productos como discos, libros, etc., sean una manera de acceder al programa y que en ellos siempre se esté expresando el mismo espíritu que se quiere transmitir a través de la televisión. Actualmente se trabaja en el reto de llevar este proyecto al cine a través de una co-producción con algún país de la región.
Nosotros de hecho estamos buscando co-producciones en Brasil y en Colombia para la película “31 Minutos”. Son los países donde más ha avanzado la serie en términos de que se vaya en televisiones abiertas y hay leyes que estimulan la co-producción. Estamos viendo la posibilidad con Brasil que nos interesa porque es el más grande y porque ellos van muy avanzados en animación y la parte técnica. Y Colombia es una alternativa que también puede funcionar.
Tal como se ha hablado en el marco del evento Televisión de Calidad, es importante este tema de las co-producciones. Uno podría entender que puede hacer programas que ya no están restringidos al ámbito local y que debe potenciar la infraestructura de uno, el conocimiento y la experiencia de otro para lograr mejores productos.
Alvaro Díaz tiene amplia experiencia en materia de producción. Junto a Pedro Peirano, co-director de 31 Minutos, ha dirigido entre otros proyectos Gato por Liebre, Plan Zeta, Sangre Sudor y Lágrimas, El Factor Humano, y Los Dibujos del Padre del Kulcszwesfki, un seudo documental filmado en 2004 en Chiloé, en el cual se mezcla thriller y realidad.
Antes había hecho trabajos de humor estilo Saturday Night Live pero eran puros videos y escenas. Después documentales con el objeto de mostrar sólo realidad. El año pasado hicimos Los Dibujos del Padre del Kulcszwesfki un documental falso sobre asesinatos de niños. Nos fuimos a grabar y a cada persona en Chiloé que es una isla muy oscura en Chile y la historia era sobre un cura que en los 50 había matado niños que tenían signos demoníacos. Está hecho en cine y es un documental falso que pasa por real, la gente que actúa es gente de la zona a la que le decíamos qué tenía que decir, etc. Lo hicimos para nosotros y lo han visto quizá 500 personas en Chile, pero también aveces hacemos cosas porque nuestro fin es ese: hacerlo y hacer cine.
Nuestro objetivo futuro es hacer películas de todo tipo, no sólo cosas infantiles. Otro de los proyectos que en los que estamos trabajando para el cine es "Fuera de Norma" y se podría pensar que el éxito de 31 Minutos ha ayudado a obtener opciones para estas nuevas propuestas. Por supuesto, pero también dicen: y dónde están los muñecos? Yo explico: no..es que esta es una historia de amor, es otra cosa.. y no les interesa mucho.
A uno le encanta que vean lo que uno hace, pero también es un poco triste que uno tenga 33 años y esté haciendo como retrospectivas de lo que uno ha sido. Es un poco triste pero yo siempre miro para adelante. Lo otro ya está hecho, ya lo vio el que lo vio y a veces es bonito verlo de nuevo y eso es todo. Pero creo que todas las cosas se relacionan un poco, de todas maneras tienen el mismo humor, la misma mirada y también parte de la misma historia.
Entrevista hecha durante el evento Televisión de Calidad. IV Muestra y Seminario Internacional. "Compromiso por una TV de Calidad para la Infancia en Colombia" (30 de agosto - 3 de septiembre de 2005. Bogotá, Colombia).
En La Iniciativa de Comunicación desde octubre 21 2005.
Actualizado en octubre 21 2005.