La Última Palabra (El Mercurio)

Viernes, 13 de Junio de 2003

La Última Palabra

Pauline Kantor

En marzo, junto a su gran amigo Álvaro Díaz se tomaron una vez más la pantalla chica con un programa revolucionario: 31 minutos, un noticiario para niños -pero aplaudido por los adultos-, conducido por una variada camada de títeres que informan con humor e ironía los sábados por la mañana. El éxito ha sido total. Tanto así que ya tienen un disco con las canciones del programa y el infaltable álbum de láminas está pronto a aparecer. ¿Qué más se puede pedir? "Recursos para seguir el 2004", contesta Peirano.

¿31 minutos, el nuevo rey del sábado? ¿Por qué?

-Es un programa bueno y sorpresivo, yo creo. La gente no se encontraba con algo así desde hace tiempo.

Defina la raza de sus títeres:

-Son títeres muy humanos.

¿Qué hay de "culto" en sus programas?

-El culto no está en los programas, sino en los seguidores que se entusiasman con ellos. No nos gusta el elitismo. Pretendemos realizar programas que nos guste hacer y que lleguen a la mayor cantidad de gente posible.

¿Cuánto pesan los contenidos?

-Es la sangre de todo. Con un buen contenido, uno puede trabajar otros aspectos con mayor facilidad y seguridad. El buen guión ilumina el buen diseño.

¿El público no es tan "cabeza hueca", después de todo?

-La gente ve lo que le están ofreciendo, y tiene derecho a verlo sin que lo traten de cabeza hueca. La televisión es sólo la televisión, y no define para nada a la gente, que además está luchando todos los días por vivir.

¿De dónde le viene su poder ­creativo?

-Supongo que de la observación y del disfrute de la realidad en su complejidad y su ridiculez.

31 minutos, ¿cuánto de fantasía y cuánto de realidad?

­-Es una ficción que tiene su propia realidad, que obviamente se refiere a un mundo que existe. Pero no es una parodia a nada ni nadie específico.

¿Qué misión le encomendaría Calectín con Rombos Man?

-Que me salve cuando meto la pata.

¿Qué programa de la parrilla actual le daría a Tulio Triviño?

-Un Llame ya.

¿El calcetín más guacho que tiene?

-Uno de rombos verde que lleva años en mi cajón de calcetines. No sé por qué nunca lo he botado.

¿Lo que aún les falta por denunciar?

¿Por qué? ¿Parecemos soplones?

¿El lado oculto de las marionetas? ¿La rana René fumando marihuana?

-Dicen que ahora está en rehabilitación, gracias a Dios.

¿Cuál es el karma de la televisión infantil?

-El financiamiento.

¿Qué diferencia a los niños de hoy con los de ayer?

-Creo que casi nada. El mundo en el que están tiene diferencias, pero esencialmente creo que son los mismos seres humanos.

Machos y los reality, ¿no hay cómo ganarles?

-Uno no está compitiendo con eso, ni Dios lo quisiera. No creo que estos programas sean malos. La gente se relaciona con ellos de manera muy divertida: se deleita odiándolos, pero no puede dejar de verlos. Lo único que uno piensa ante el panorama televisivo, es que uno también tiene derecho a mostrar sus programas, a darles la oportunidad de cautivar públicos a cosas que no parten del cálculo ni de la fórmula, sino que de cierto entusiasmo y cierta manera de ver el mundo.

Opine sobre este comentario de Larry Moe: "Un programa para niños, visto por pailones y hecho por genios... "

-Es una exageración que hable de genios. Creo que se nos ocurren buenas cosas, eso es todo.