Ilabaca-Pierattini (suena.cl)

Ilabaca - Pierattini

Por: Johanna Whittle - Fotos: Ignacio Orrego y Claudia Lazo

El salto de Pablo Ilabaca y Angelo Pierattini a la pantalla grande

Al igual que Tulio Triviño, Ilabaca y Pierattini también llegarán en septiembre de este año, por primera vez al cine. Cuando le conté a mi mamá que iba a hacer la música de 31 Minutos me dijo, ¡pero cómo!, ¡si la música ya está hecha!, y yo le dije no poh, la música de la serie es una cosa, la de la película es otra, es una aventura. (Pablo Ilabaca)

He descubierto que es mucho más entretenido componer música para películas que canciones. Con guitarra acústica en mano, Pablo Ilabaca y Angelo Pierattini, cerebros detrás de la música 31 Minutos, nos contaron cómo han disfrutado su salto de la tele al cine.

Suena:
¿Cómo se compone para una película?
Ilabaca:
El primer acercamiento que tuvimos a la película fue la entrega del guión. Yo jamás había visto uno, era una montaña de papeles. De ahí empezamos a componer de acuerdo a lo que sentíamos al leer, sin ninguna imagen.
Pierattini:
Estaba tan bien escrito que podíamos componer sin ver, pero igual después tuvimos que trabajar las canciones al ritmo de las secuencias de las escenas.
Suena:
¿Y cambió mucho cuando vieron las imágenes?
Ilabaca:
A veces sí, a veces no tanto. Por ejemplo yo había compuesto una canción para reflejar la avaricia del Tío Pelao, y al final quedó como la canción que refleja la egolatría de Tulio Triviño.
Pierattini:
De todas maneras lo más complicado es que para hacer los cambios tienes que seguir a las imágenes. Aquí la música está al servicio de las imágenes, y eso es lo desafiante y entretenido.
Suena:
¿Aparecen canciones de la serie, o es todo nuevo?
Ilabaca:
Teníamos que poner la canción principal de la película, pero queríamos darle una nueva vuelta.
Pierattini:
La idea era hacerla más simple.

Estábamos en el auditorio de la Facultad de Comunicaciones UC. El 26 de marzo la carrera de Dirección Audiovisual organizó una clínica de la película de 31 Minutos, en la que participaron los directores (Álvaro Díaz y Pedro Peirano), productor ejecutivo, director de arte y un chileno-español experto en efectos especiales (Juan Tomicic). Todos presentes cuando Iabaca y Pierattini decidieron tomar sus guitarras y explicar gráfica, o más bien auditivamente, a qué se referían con "una versión más simple", de "Yo nunca vi televisión". Acompañados sólo de sus guitarras acústicas, los músicos interpretaron la canción, para el deleite de los afortunados presentes.

Ilabaca:
Esta canción debe ser la más sencilla de toda la película. Las otras son mucho más orquestadas, llenas de instrumentos. Lo cual igual es complicado, porque es súper fácil engolozinarse con orquestar algo, pero después es súper difícil sacarle cosas.
Pierattini:
De todas maneras nosotros entregamos toda la música por pistas, sin mezclar, así que si después los directores sienten que sobra algo, es posible sacarlo.

...Y ahí interrumpe uno de los directores...

Álvaro Díaz:
Cuando nos terminen de pasar toda la música, y nosotros terminemos de grabar todas las voces, vamos a pasar a las postproducción de sonido. Ahí hay que sonorizar todo, y la música es simplemente un sonido más. En la mezcla fina hay que ir privilegiando, y quizás en un momento puede ser más importante el sonido del cierre de una puerta que el acorde de la canción.
Ilabaca:
Acá el objetivo es que la música sirva a la película. Nosotros en ningún caso estamos trabajando para un disco; estamos musicalizando imágenes. Y para eso lo que más nos ha ayudado es ser fanáticos del cine e ir a ver muuuuchas películas. Yo me he dado cuenta que es mucho más entretenido hacer música para una película, que canciones.