Juan Manuel Egaña, Productor Ejecutivo Aplaplac Producciones
Durante la segunda quincena de junio de este año se desarrolló el Festival Internacional Prix Jeunesse en Alemania. El festival promueve una televisión de excelencia para los niños y es el encuentro más importante de la televisión infantil.
En esta oportunidad, reunió por una semana en la ciudad de Munich a profesionales de 69 países, que representaban los 277 programas que competían en 7 categorías.
Si bien el espíritu de cooperación e intercambio domina el festival, este no deja de ser una férrea competencia por llevarse la curiosa estatuilla que representa el certamen.
Nosotros, “31 minutos”, fuimos invitados tras haber ganado el primer lugar en la versión Iberoamericana de este festival, que se desarrolló en Santiago en junio del 2003. Ahora competíamos en la categoría Light Entertainment.
No fue fácil compatibilizar las largas sesiones donde mostraban los 277 programas en competencia con la urgente necesidad turística de recorrer Munich. Evidentemente no vimos todos los programas y conocimos algo de Munich. Creo que alcanzamos un digno balance que nos permitió ver lo mejor de la televisión infantil y compartir con sus realizadores.
Disfrutamos mucho con THE WOODEN DOG, una película polaca que vuelve a permitir la magia en las historias infantiles. También nos sorprendieron DUNYA & DESI, serie holandesa con quien compartimos la nominación al EMMY. También nos gustó mucho GIRLS, divertida visión de jóvenes adolescentes holandeses sobre sus compañeras, y NEWFOUNDLAND.
Muchos de estos notables programas los podremos volver a ver durante la próxima exhibición del Prix Jeunesse en Santiago.
A nosotros nos tocaba presentarnos el último día, el sábado en la mañana. La verdad es que fue una experiencia espantosa: nadie se reía, la traducción era terrible, no sé si alguien entendió de que se trataba esta exégesis de trapos horripilantes que desfilaban sin mayor coherencia por la pantalla.
El programa de la primera temporada, en que una persistente gotera impide el normal desarrollo del noticiero, se veía tan, pero tan pobre en Munich. Además, veníamos saliendo de terminar la trilogía de la segunda temporada, y para nosotros era evidente la abismante diferencia con lo que acababa de proyectarse.
Después de una semana viendo una televisión extraordinaria, nuestro amado programa no dejaba de ser un modesto aporte, que si bien derrochaba creatividad y talento, necesitaba mucha más madurez y recursos para competir en esos niveles. Lo peor era que estábamos plenamente conciente de ello. Sin embargo, durante la conferencia posterior a la exhibición, todos fueron muy elogiosos con el programa. Salvaguardando la notable economía de su producción (que entendieron como parte de la propuesta), nos señalaron que “31 minutos” tenía algo en su esencia que era infinitamente más fresco y atractivo que muchos de los programas con millonarios presupuestos que habíamos visto en la reciente semana. Eso fue aliviador.
La premiación fue esa misma noche. Los holandeses y THE WOODEN DOG fueron con toda justicia los ganadores. Es tan elocuente que los premios siempre terminan en Europa, que la organización tiene tres premios especiales: la UNICEF, UNESCO y BMW; uno para cada continente del tercer mundo. Así la televisión Mongoliana, city TV de Bogota y Television Ya Taifa, de Dar es Salaam se llevaron orgullosos sus estatuillas. El 2006 queremos volver a participar del Prix Jeunesse, y no solo para ver el mundial en Munich o esperar recibir algún premio especial.