Una bicicleta le pedí a Papa Noel,
pero él me trajo una peineta y un mantel.
Como cada año le escribí a Santa Claus
una bella carta y la metí en un buzón,
pero descubrí que esa carta no leyó
porque él me trajo lo primero que encontró
Y yo le pedí una explicación,
o que me diera una razón.
Dime, viejo guatón...
A las pocas horas el anciano respondió
que yo no entendía los regalos que me dio.
El mantel y la peineta son de mucha utilidad,
todos los regalos valen cuando es Navidad.
Porque lo es importante es la amistad
y compartir en sociedad
y gozar, y reír, y comer,
ding-dong bell,
ding-dong bell, ding-dong bell...
Al año siguiente le pedí sólo un mantel,
y una bicicleta me trajo Papa Noel.